Los perros, cuyas habilidades mentales son similares a las de un humano de tres años, suelen tener miedos irracionales. Así como los niños le temen al coco, al señor de la basura o a las vacunas… los canes pueden asustarse ante la simple presencia del agua, una roca, muñecos de peluche, madera o animales de otra especie. ¡Es una locura intentar comprenderlos!
Aunque algunos de esos miedos tienen su raíz (por ejemplo, un perro le puede tener miedo a las rocas porque algún día le lanzaron una y lo lastimaron), hay otros que surgen de la nada y los dueños tienen que aprender a interpretarlos. Esto fue lo que le sucedió a un chico en el centro comercial, ya que mientras intentó subir las escaleras eléctricas para continuar con una agradable tarde de compras en compañía de su perro, a este le dio por resistirse a subir. ¡Le temía a las escaleras eléctricas! ¿Cómo te imaginas que ambos lograron subir?
Hasta ahora no se sabe si le perturbaba el frío del metal, el olor a máquina eléctrica, el ruido del motor, el movimiento o quizá en el pasado el perrito sufrió la caída desde lo alto de una escalera, el punto es que se negó rotundamente a que sus suaves patitas tocaran los escalones.
Preocupado por no llamar tanto la atención, el chico lo levantó, provocando aún más las miradas de las personas a su alrededor. ¡El can-hijo se salió con la suya!
Por suerte para la mascota más consentida del centro comercial, su dueño no lo obligó a subir por su propia cuenta. ¡Ha de ser de los que todos los días comen filete!
Avergonzado, tuvo que cargar en brazos a su enorme bebé llorón
¡Al parecer le convino subir! El berrinchudo can regresó a casa con una pelota nueva, dispuesto a pasar una agradable tarde en la alberca con su mejor amigo, otro perrito. ¿Será que así le perderá el miedo a subir las escaleras?