Indígenas en defensa de su páramo, Reserva Ecológica El Ángel, Carchi, Ecuador

 
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La comuna La Libertad, en la frontera entre Ecuador y Colombia, cuenta con su propia guardia ambiental para vigilar la principal fuente de agua para toda la región

 Indígenas en defensa de su páramo, Reserva Ecológica El Ángel, Carchi, Ecuador

Por Jaime Jiménez, sitio La Libertad, Ecuador, 17 de mayo de 2018 - 00:11, CEST, El País, España.

Fotos: 1. La Reserva Ecológica El Ángel en la provincia ecuatoriana de Carchi, muy cerca de la frontera con Colombia; área de gran importancia medioambiental por la abundancia de agua y biodiversidad; se ubica en la cordillera andina, entre los 3.400 y los 4.200 metros sobre el nivel del mar. Foto 2. Mapa de la ubicación de la Reserva Ecológica. Foto3. Carlos Mainagüez, miembro de la guardia ambiental de la Comuna Ancestral de Indígenas Pasto La Libertad. Foto 4. Lagunas de El Voladero, de gran atracción turística de la reserva. Foto 5. Los guardias ambientales Marco Quelal, Jorge Quelal, Irene Enríquez, Carlos Mainagüez y Estela Paspuezán protegen las 3.300 hectáreas la Reserva Ecológica El Ángel. Fotos de Esteffany Bravo S./ El País, España

(Los guardias ambientales de la Comuna Ancestral de Indígenas Pasto La Libertad) viven encaramados al páramo, pero su territorio está lejos de ser un árido desierto. Sobreviviendo a casi 4.000 metros de altura, estos guardias ambientales se dejan la piel para conservar intacto su entorno andino. La Comuna Ancestral de Indígenas Pasto La Libertad se sitúa en las estribaciones de la Reserva Ecológica El Ángel, en el extremo norte de Ecuador, un área de gran importancia natural debido a la abundancia de agua y biodiversidad, pero que no está exenta de amenazas.

El equipo de guardias ambientales, formado por once hombres y tres mujeres indígenas pasto, trabaja día a día para proteger el ecosistema del páramo. Salpicada por decenas de lagunas y miles de frailejones —la singular planta que reina en la región— la reserva actúa como una esponja que almacena la humedad de las alturas andinas, filtrando el agua a través de vertientes que más abajo se convierten en caudalosos ríos. De esta forma, El Ángel sirve como fuente de abastecimiento para gran parte de la provincia de Carchi, donde está situada.

Uno de estos vigilantes es Carlos Mainagüez, un corpulento hombre de 43 años que lleva dos ejerciendo su labor de conservación. Después de trabajar durante un lustro para una compañía petrolera en la Amazonia ecuatoriana, Mainagüez decidió volver a su tierra natal, renunciando a un trabajo mejor pagado. “Fui conductor de patrulla en el equipo de seguridad de un bloque petrolero. Vi tantas cosas que al final me cansé: derrames de crudo, animales que se mueren cubiertos de petróleo, ríos contaminados, tala de la selva, pérdida de especies...”, cuenta con preocupación. “Nuestro páramo es vida, es muy fértil. El compromiso que tenemos con su protección es del 100%”, asevera.

El trabajo de los guardianes de La Libertad es posible gracias al apoyo del programa estatal Sociobosque, que desde 2012 recompensa a la comunidad con 40.000 dólares anuales a cambio del cuidado de la reserva. “En el convenio con el Ministerio se dice que si hay un atentado en el área protegida, a nosotros también nos sancionan. Por eso nació la idea de formar el equipo de guardias ambientales”, revela Irene Enríquez, secretaria de la comuna. Tienen que evitar incendios, caza irregular...

Hay siete parejas, con edades entre los 34 y los 72 años. Cada dúo sale a patrullar un día de la semana y obtiene una remuneración simbólica mensual de 80 dólares para ayudar a sus familias. Pero todos tienen otra ocupación. Mainagüez, por ejemplo, un taller de carpintería metálica y cerrajería. No obstante, la mayoría trabaja en la agricultura, principalmente en el cultivo de productos andinos como la papa o la quinua.

Armados solo con unos prismáticos y una cámara fotográfica, los defensores del páramo recorren las 3.300 hectáreas del área protegida que pertenecen al territorio comunal en busca de posibles infractores. “Monitoreamos el territorio para que se encuentre bien su fauna, el agua, su atmósfera. La finalidad es dar ejemplo a nuestra comunidad y permitir que las futuras generaciones se lo encuentren cuidado”, afirma Martha Caicedo, presidenta de la comuna La Libertad, una entidad creada en 1721 gracias a una Cédula Real otorgada por el rey Felipe V de España y que en la actualidad cuenta con 350 socios.

Uno de los principales trabajos de los guardias ambientales es la custodia de las fuentes, abundantes en la reserva. Integrada desde 2012 en la lista de Humedales de Importancia Internacional de la Convención de Ramsar, el área abastece de agua para consumo humano y riego a una población de más de 100.000 personas. Según Damián Ponce, administrador de la Reserva Ecológica El Ángel, “ciudades como Tulcán tienen sus fuentes dentro de la reserva. Sin este recurso vital mucha gente tendría que migrar a otros lados, ya que los suelos quedarían improductivos. Ecológicamente tendríamos una gran pérdida de biodiversidad”. En la reserva habitan venados, cóndores y osos, entre otros animales andinos.

Uno de los elementos clave en la importancia hídrica de El Ángel es la presencia de los frailejones. Esta planta de aspecto jurásico, compuesta por un grueso tronco marrón y una corona de largas y aterciopeladas hojas similares a orejas de conejo, capta la humedad del páramo y retiene el agua en su seno. Solo presente en territorios montañosos de Colombia, Venezuela y Ecuador, el frailejón es el principal poblador e icono de una reserva que también cuenta con un bosque milenario de árboles polylepis.

La incansable lucha contra el fuego

Bajo la eterna mirada del volcán Chiles, que marca la frontera entre Ecuador y Colombia con sus 4.218 metros de altura, la guardia de La Libertad desafía cada mañana al viento helado y al sol inclemente del páramo para defender su territorio. Cazadores furtivos y turistas irresponsables aparte, una de sus principales preocupaciones son los incendios, casi siempre provocados por vecinos de la zona insatisfechos con la política ambiental.

Algunos campesinos, acuciados por el hambre y la necesidad, queman la endémica vegetación para después cultivar la papa, el principal producto de esta región agrícola. Otros lo hacen para contar con más terreno para el pasto de su ganado. Sea como fuere, contribuyen al avance de la frontera agrícola, acechando cada vez más el territorio protegido de la reserva.

Uno de los taitas o sabios de la comuna, el septuagenario Jorge Quelal, explica que hace varias décadas los comuneros recibieron tierras situadas en lo que hoy se considera zona de amortiguación del área protegida. Años más tarde, el Estado ecuatoriano creó la Reserva Ecológica El Ángel, implantando una legislación ambiental que prohibía las actividades productivas en dicha zona.

“Ellos no van a hacer daño, lo que van es a trabajar el terreno que antes les dieron. Pero ahora el Ministerio del Ambiente dice que no se puede trabajar ese terreno porque ya está en zona protegida. Y los campesinos dicen ‘es mío el terreno, pero no puedo hacer nada. ¿Y ahora qué hago? ¿Cómo vivo?”, expone Quelal, que también forma parte de la guardia ambiental.

Precisamente, para facilitar alternativas sostenibles que no impliquen la destrucción del entorno, el Gobierno ecuatoriano creó el programa Sociobosque. “Las comunidades aledañas a la reserva reciben un incentivo del Estado para la conservación y así ellos pueden generar proyectos y alternativas económicas que les permitan mantenerse sin afectar el páramo”, comenta Ponce, el administrador de la reserva. “En el Ministerio del Ambiente no somos dueños de ningún metro cuadrado, todo pertenece a propietarios individuales y colectivos. Ahí es donde surge el conflicto: ellos son dueños de la tierra, pero nosotros ponemos las leyes de lo que ellos tienen como ecosistema”, agrega.

Para aplacar la dañina costumbre de quemar el páramo, los guardias ambientales patrullan la reserva buscando disuadir a sus incendiarios vecinos. Además, las penas previstas por el código penal contra los pirómanos obligan a pensárselo dos veces. “Las leyes ambientales son bien drásticas. Una denuncia de incendio comprobada tiene una pena de seis meses hasta tres años de cárcel. La multa es de más o menos 2.000 dólares por hectárea quemada. Por eso tienen miedo a que les fotografiemos y denunciemos”, advierte Mainagüez, que junto a sus compañeros arriesga su vida para apagar los incendios que habitualmente se declaran en la zona protegida, principalmente en la estación seca.

La experiencia de la guardia ambiental de la Comuna Ancestral de Indígenas Pasto La Libertad es un ejemplo más de cómo los pueblos originarios se organizan para defender su territorio con alto valor ecológico. Tal y como manifiesta Mainagüez con voz firme y decidida, “no es una cuestión de dinero, sino el compromiso que tenemos nosotros por cuidar y dejar algo vivo para que nuestros hijos no se encuentren con terrenos áridos en el futuro”.

Publicado en:

https://elpais.com/elpais/2018/04/26/planeta_futuro/1524760043_183329.html?id_externo_rsoc=FB_CC


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(2)

La Reserva Ecológica de El Ángel, en la provincia de El Carchi, en el cantón Espejo, Ecuador.

Posee una extensión de 15.715 hectáreas, una temperatura de 0 a 18 grados centígrados y un rango de altitud que varía entre 3.644 y 4.768 m.s.n.m. Fue creada por Acuerdo Ministerial No. 415 el 8 de septiembre de 1992.

La Reserva de El Ángel es la única área de páramo en el Ecuador que presenta la especie frailejón (Espeletia), es un género de plantas fanerógamas que también forman parte de la ecología y biodiversidad de los páramos de Venezuela y Colombia. El frailejón es una planta de porte erguido con muchas hojas que forman una roseta en su punta. Estas plantas alcanzan hasta los siete metros de altura y representa un emblema para la Sierra norte del Ecuador. Asimismo, las características de los bosques de frailejones lo ubican entre los más atractivos paisajes de montaña en los Andes.

Antes de la conquista española la cultura de los Pastos habitaba regiones desde el sur de Colombia hasta el norte de Ecuador, entre ellas la zona que hoy comprende la reserva. Posteriormente a la conquista se produjo un reordenamiento territorial en donde las poblaciones se reasentaron bajo la forma de reducciones en Tambos o albergues.

Para el año 1575 aparecieron las primeras haciendas y su gran expansión se produjo en 1880. Estas haciendas poseían numerosas cabezas de ganado vacuno. El proceso hacendatario provocó el desplazamiento de los indios hacia los páramos de frailejones. En 1793 se constituyó la actual Comuna La Libertad como única modalidad de propiedad comunal que se mantuvo libre del control de la fuerza de trabajo y de producción hacendataria. Esta es una comunidad indígena del antiguo asentamiento de origen Pasto.

En 1930 se determinaron los límites actuales, los cuales comprenden una gran extensión que va desde los alrededores del poblado de La Libertad hasta el sector de los páramos. En 1991 se parceló la zona baja y en 1992 se creó la Reserva Ecológica de El Ángel a la que pertenece gran parte de las tierras más altas del páramo de la Comuna.

Entre los 3.400 y 3.900 metros sobre el nivel del mar se encuentra el Bosque Muy Húmedo Montaño con una temperatura que oscila entre los 6 y 12 grados centígrados. Predomina una vegetación de gramíneas que forman los páramos y en la parte más baja habitan especies como el puma maqui y capulí. Son características de la zona la presencia de chuquiragua (flor de los Andes) y alchemilla (género de plantas perteneciente a la familia de las rosáceas).

En las partes más bajas de esta zona también sobresalen importantes manchas residuales de bosque; tal es el caso, de una franja boscosa casi continua que se encuentra en la parte alta de las poblaciones de Santa Marta de Cuba, San Gabriel y el camino hacia las Lagunas del Voladero en el sector de La Rabija.

Cien metros más arriba se localiza el Páramo Pluvial Subalpino con una temperatura de 3 y 6 grados centígrados con especies vegetales como las gencianas. Es la zona de vida que se encuentra en la parte más alta de la Reserva, sobre los 3.900 metros. El límite de los 4.000 metros marca también la desaparición de Espeletia y de la mayoría de especies arbustivas, para ser reemplazadas por gramíneas.

Por otro lado existen unos atractivos naturales maravillosos: las lagunas de El Voladero, ubicadas en el sector sur de la reserva. Estas lagunas glaciales tienen una altitud de 3.800 m.s.n.m. y se dividen en: dos lagunas de El Voladero y la laguna de Potrerillos, El área se caracteriza por tener una precipitación anual promedio de 1.027 mm en la cuenca del río el Ángel.

Los suelos son de origen volcánico. Su vegetación característica está constituida en un 85% por frailejón, entre otras especies propias como el colorado, el cual proporciona el único recurso maderero para leña del páramo. De igual manera se encuentran cuatro formaciones vegetales en las lagunas de El Voladero: Bosque siempreverde montano alto, páramo herbáceo, páramo de frailejones y herbazal lacustre montano.

¿Cómo llegar?

Una de las entradas a la Reserva de El Ángel se encuentra cerca de la población de El Ángel, en la provincia del Carchi.

A 20 minutos en auto por la vía El Ángel-La Libertad-Cobos se puede acceder a la Laguna de El Voladero.

Otra ruta de acceso es desde Tulcán por la vía a Tufiño hacia las Lagunas Verdes.

Existen diversos caminos para dirigirse a los diferentes atractivos que ofrece esta Reserva Ecológica, por este motivo le sugerimos recurrir a su agencia de viaje u operadora turística preferida.

También puede recurrir a las oficinas locales del Ministerio de Turismo en El Ángel, ubicadas a pocos pasos del parque central.

* * *

Al norte de Quito, a unos 170 km, se encuentra el último bosque residual y milenario de Polylepis, género botánico que incluye a aproximadamente 28 especies de pequeños árboles y arbustos.

Este género se percibe en la Cordillera de los Andes desde el norte de Venezuela, pasando por Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, el norte de Chile y el noroeste de Argentina. En un pequeño valle de la Reserva con una altura de 3523 msnm y de origen glaciar se encuentra un bosque de árboles Polylepis también conocidos como Pantza. Se caracteriza por su fina corteza que evita que se adhieran a sus ramas organismos parásitos, como musgos y líquenes. Además cohabitan en este bosque especies de plantas como la hierba del infante del cerro, Zarcillo Sacha, Cardón Santo, y diferentes variedades de gencianas y orquídeas, entre otras.

El sector del Voladero posee gran importancia para la memoria colectiva de la región, pues en base a la leyenda del cacique Jerónimo Tudpue se configuran aspectos históricos que hacen de estas atractivas lagunas un refugio repleto de misterios y de encantos. La leyenda dice que el cacique Jerónimo Tudpue prefirió morir en las aguas de la laguna, antes de ser capturado por los españoles.

Las Lagunas del Voladero tienen una temperatura promedia de 0 a 18ºC y poseen una diversidad de aves. Se encuentran patos punteados, palometas de páramo y patillos. Asimismo el Cóndor Andino que se encuentra en extinción.

Las especies acuáticas y terrestres más representativas del área son: la trucha arco iris, el jambato, sapo marsupial, perdiz de páramo, pato punteado, cóndor, guarro, curiquingue, quilico, gallareta gli-gli, zumbador, gaviota andina, tórtola, conejo silvestre, lobo de páramo, soche, venado, raposa y chucuri.

A dos kilómetros de las Lagunas del Voladero se encuentra la Laguna Potrerillos. Se caracteriza por la presencia de frailejón, pajonal, cerote, árbol de papel, romerillo, y por su fauna en la que destacan conejos, lobos y perdices.

Igualmente dentro de los atractivos del lugar se encuentra el Mirador Socavones, el Cerro Chitazón, el Balneario Chavayán, los Baños de Chilcapamba que consisten en aguas termales que circulan naturalmente con una temperatura de 40 grados centígrados.

Además de la Reserva Ecológica y de sus lugares atractivos, existe en la cuenca de El Ángel un contorno natural articulado por la carretera que va de Mascarilla en la cuenca del Chota a El Ángel, pasando por Mira y San Isidro; y el tramo de El Ángel a Bolívar y la conexión de este último centro poblado con el valle del Chota a través de la Carretera Panamericana. Es un circuito que permite recorrer en pocas horas una gama sumamente diversa de paisajes.

Definitivamente la Reserva Ecológica de El Ángel representa uno de los más importantes atractivos turísticos del Ecuador por su diversidad natural en flora y fauna.

En ella resaltan los frailejones Espeletia del páramo, es un género endémico de los Andes del Norte, desde Venezuela hasta el norte de Ecuador y al parecer único en el mundo, y sus hermosas lagunas ubicadas en las faldas del volcán Chiles catalogado como activo, al norte de la reserva. Sus aguas albergan algas clorofíceas y un considerable contenido de azufre que le dan la posibilidad de poseer propiedades curativas.

La reserva contiene una riqueza hídrica conformada por los ríos: Ángel, Bobo, Grande, Chiquito, Plata, Morán, Chalguiyacu, Huarmiyacu, Cariyac. Las principales quebradas son: Los Colorados, Arrazón, Chorrera Negra, Agua Caliente, Baños, Del Rosario, Cariyacu, Puerta de Piedra, Pedernal, Curiquingue, Mal Paso, Las Tres Quebradas.

Además la presencia de diversos mamíferos complementa su riqueza y belleza, entre ellos se encuentran: raposa; ratón marsupial; musaraña; murciélago Stumira; murciélago orejón; conejo silvestre; ratón de páramo; lobo de páramo; zorrino; chucuri Mustela frenata; puma Felis eoncolor; soche o chivicabra y, venado Odocoileus virginianus.

La carretera Panamericana Norte es el principal camino para llegar a la Reserva. Por la vía antigua hacia Tulcán se llega al sector de las lagunas El Voladero y hacia el norte, a unas dos horas de caminata se encuentra la laguna de Potrerillos.

Por el trayecto que va desde la reserva pasando por la Comuna La Libertad y la población Jesús del Gran Poder se llega al sector de El Salado, en éste se pueden apreciar los cóndores y curiquingues.

A la Reserva Ecológica de El Ángel se accede cualquier día del año, preferiblemente entre las 10h00 y 16h00 para evitar la neblina. Posee servicios de luz, agua, teléfono, pozo séptico y una variedad de rutas por sus más de quince mil hectáreas.

Sobre información turística de la Reserva Ecológica El Ángel y sobre otros lugares y atractivos en el Carchi puedes contactarte a:

Teléfono: PBX (+593) 6-2980 302 de 08h00 a 13h00
Website: www.carchiturismo.gov.ec
E-mail: [email protected]

(Nota: Por creer de gran interés ecológico y orientación turística publicamos este artículo en Es.Noticia)

Publicado y tomado de:

http://www.quitoadventure.com/espanol/aventura-ecuador/areas-protegidas-ecuador/andes-ecuador/reserva-ecologica-angel-03.html




Fuente: elpais.com
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