Debemos confesarnos, sinceramente. Cuando nosotros entramos a una iglesia donde nos encontramos con un cura hereje, escuchamos las formulas pero solo repetimos formula real, y, si nos encontramos con que es un cura hereje que hace lo que se le da la puta gana, no comulgamos.
I) Otro par de cosas
1º) Al templo donde hemos encontrado un cura hereje no volvemos a entrar
2º) Y si encontramos que aquel cura hereje bendice para todos lados pero no para donde un fiel en particular —podemos ser nosotros— , no debe importar. Porque el dueño de las bendiciones es Dios y no los curas herejes.