En qué consiste la neuroeducación? y cómo influye en la educación de la niñez

 
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La neurociencia, nos sirve para entender cómo aprende el cerebro. Este conocimiento nos ayudará a mejorar sustancialmente la eficacia de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Desde la pedagogía, basándose en los paradigmas que nos ofrece la neurociencia y de acuerdo con el currículum escolar, deberían generarse nuevas formas de enseñanza, nuevos modelos pedagógicos coherentes con el desarrollo del cerebro en las diferentes etapas de la vida.

En qué consiste la neuroeducación? y cómo influye en la educación de la niñez

(…)

La neuroeducación ayuda a construir conocimiento con el educador mediante el estudio del cerebro. La neuroeducación o neuropedagogía es la disciplina o transdisciplina que promueve una mayor integración de las ciencias de la educación con aquellas que se ocupan del desarrollo neurológico.

La adopción del término neuroeducación, (que también se puede escribir neuro-educación o NeuroEducación) es muy reciente y merece ser analizado con algún detalle.

Por otra parte, la neuroeducación aspira también a estudiar en el aula misma los procesos neurocognitivos de aprendizaje y de enseñanza durante el diálogo entre maestros y alumnos aunque ello por ahora no es fácil por razones técnicas tanto como culturales.

Apartes esenciales, publicado en:

https://es.wikipedia.org/wiki/Neuroeducaci%C3%B3n


(2)

Neuroeducación: un desafío para los docentes

En: http://blog.educalab.es, 31 de julio de 2015

Desde que Hart en 1983, en su libro Human Brain, Human Learning, enunció que la estructura del enfoque tradicional de enseñanza y de aprendizaje era “opuesta al cerebro”, se han realizado multitud de estudios e investigaciones al respecto que demuestran que esto es así inevitablemente.

Su hipótesis era que la enseñanza compatible con el cerebro tendría como resultado un aprendizaje, un clima y una conducta mucho mejores. Y declaraba enfáticamente que para que la educación fuera realmente “compatible con el cerebro” debiera ocurrir un cambio en el paradigma de enseñanza-aprendizaje.

Entonces, ¿qué debemos cambiar en nuestra forma de enseñar? La respuesta es obvia: la metodología.

La neurociencia nos puede ayudar en este sentido, nos sirve para entender cómo aprende el cerebro. Este conocimiento nos ayudará a mejorar sustancialmente la eficacia de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Desde la pedagogía, basándose en los paradigmas que nos ofrece la neurociencia y de acuerdo con el currículum escolar, deberían generarse nuevas formas de enseñanza, nuevos modelos pedagógicos coherentes con el desarrollo del cerebro en las diferentes etapas de la vida.

Es bien sabido que el futuro del cerebro depende de las redes neuronales que se hayan establecido durante la etapa escolar en función de la educación recibida. Nos lleva más tiempo desaprender algo que hemos aprendido erróneamente que aprender bien, es decir, adquirir un nuevo conocimiento por el camino adecuado.

La organización, secuenciación y repetición de los procesos de aprendizaje son básicos para desarrollar y mantener circuitos neuronales mientras que la aleatoriedad conlleva siempre un mal aprendizaje. La repetición y las rutinas consiguen una mayor precisión, rapidez y velocidad en las conexiones neuronales.

Debemos tomar conciencia de la importancia que tiene conocer más sobre nuestro cerebro y de cómo ello influye en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Cuanto más conozcamos sobre su funcionamiento más eficaz será el trabajo que desempeñamos en nuestras aulas. El maestro que conozca los principios neurobiológicos tendrá en sus manos una valiosa herramienta para diseñar una praxis docente exitosa.

Por otra parte, G. Siemens, en su obra Knowing Knowledge, traducida por Nodos ELE, propone una visión dinámica del conocimiento, como una estructura neuronal que se va generando y alimentando mediante el establecimiento de conexiones en procesos de aprendizaje.

Aprendemos (tanto individualmente como colectivamente) generando conexiones entre conceptos, secuencias, nodos, y también por simulación o réplica, tal como se indica en los descubrimientos en neurociencia cognitiva sobre el funcionamiento de los sistemas de neuronas espejo o especulares (Rizzolatti). Muchos científicos consideran que el hallazgo de las neuronas espejo constituye uno de los logros más importantes de la neurociencia de las últimas décadas, especialmente por su importante papel en el aprendizaje y desarrollo cognitivo.

Con el impacto de los nuevos medios digitales es mucho mayor el número de procesos y entornos que intervienen e influyen en la creación de conocimiento. En la era de la sociedad-red necesitamos una concepción más flexible del conocimiento. A partir de las principales ideas del conectivismo, Dave Cormier hizo en 2008 su aproximación a la “educación rizomática”. El término surge de una metáfora sobre el rizoma, raíz que en su crecimiento va creando sus propias ramificaciones indefinidamente.

Las imágenes de los rizomas tienen cierta similitud con las redes neuronales. Una planta rizomática no tiene un centro, se da en un lugar abierto, donde es posible el crecimiento porque no hay obstáculos o delimitaciones, sino que se compone de una serie de nodos, que pueden crecer y difundirse por sí mismos, solamente limitados por las características de su hábitat. El aprendizaje rizomático es así negociación de conocimiento, aprendizaje abierto, dirigido por cada uno y por todos al mismo tiempo, sus ramificaciones son imprevisibles y siguen creciendo a lo largo de la vida.

El futuro de la educación pasa, pues, por generar nuevos modelos de enseñanza que incorporen el uso de los nuevos medios digitales. No se trata tanto de qué enseñar (contenidos) sino de cómo enseñarlo (procesos) a la luz de los nuevos conocimientos sobre cómo el cerebro aprende, atiende, memoriza y soluciona problemas. Esto debería ser así porque las redes neuronales que se implican en el “cómo” son mucho más complejas, organizadas y flexibles que las que se implican en el “qué” que son más simples, sencillas y menos distribuidas en el cerebro.

Cuando las redes del “cómo” están establecidas es mucho más rápido y efectivo generar aprendizajes a partir de un pequeño “qué” (poca información). El aprendizaje se optimiza cuando el alumno es un protagonista activo del mismo: han de aprender a aprender. Es imprescindible fomentar en los alumnos el aprendizaje vivencial y periférico de manera que saquen el mayor provecho posible de sus experiencias.

Tal como dicen en “Escuela con cerebro, un espacio de documentación y debate sobre neurodidáctica“: Ya no hay excusas para mejorar la educación. La utilización de estrategias innovadoras en el aula avaladas por las evidencias empíricas de los estudios científicos y analizadas con espíritu crítico durante el ejercicio docente han de convertir las escuelas en centros directamente vinculados al mundo real a los que los niños les encante asistir. Porque conocer cómo funciona el cerebro abre nuevas vías educativas y posibilita que las experiencias de enseñanza y aprendizaje sean felices, que en definitiva es lo más importante. Utilicemos el gran potencial que la neuroeducación nos suministra. El futuro ya está aquí.

Se hace necesaria la formación del profesorado en nuevas metodologías de enseñanza-aprendizaje: Aprendizaje basado en proyectos, metodología Flipped Classroom, metodologías basadas en la teoría de las Inteligencias Múltiples, aprendizaje cooperativo…, más orientadas al desarrollo de capacidades cerebrales específicas de cada niño y a obtener todo el potencial en vez de centrarse en el déficit del alumno.

¿Qué papel juega la tecnología en este cambio metodológico? Muchos autores apuntan que la brecha ya no es sólo digital sino cerebral; hablan de una brecha cerebral entre los jóvenes de hoy en día y sus antecesores. Se ha visto cómo las TIC condicionan ciertos tipos de sinapsis neuronales que se manifiestan en maneras diferentes de procesar la información, relacionarse y aprender. El cambio metodológico puede también enriquecerse y beneficiarse del uso de las TIC en el aula.

Podemos concluir afirmando que la educación actual necesita de forma urgente una profunda reestructuración. Los nuevos tiempos requieren nuevas estrategias y nuevas metodologías, en definitiva, nuevos enfoques que permitan preparar a los futuros ciudadanos de un mundo en constante cambio y evolución, que no impidan quedarse desfasados ante las futuras avalanchas tecnológicas y se adapten a la actual sociedad del conocimiento.

Se trata, en definitiva, de redefinir el rol y las competencias de los docentes, sobre todo, en formación en metodologías efectivas, como he comentado anteriormente, para abordar la actividad en el aula de una manera más competente y eficaz para el alumnado. Como afirma el Prof. Raúl Salas Silva, “no podemos seguir como estamos; si queremos, los profesores, ser realmente profesionales de la educación, tenemos que actuar como tales. Y eso requiere que adquiramos una buena base de información científica sobre el cerebro, sobre cómo aprende el cerebro.”

Tenemos en nuestras manos, como docentes, la posibilidad de ayudar a desarrollar el potencial de todos y cada uno de nuestros alumnos dado que es, en la etapa escolar, cuando más moldeable y plástico se encuentra el cerebro. Aprovechemos ese momento y la oportunidad que se nos ofrece, nuestro esfuerzo merece la pena. Se puede hacer mucho desde la escuela. El futuro de la sociedad reside en la mente humana y el tipo de conexiones que establecemos tanto internamente como externamente.

Autora: Marisa Ramón

Publicado en:

http://blog.educalab.es/intef/2015/07/31/neuroeducacion-un-desafio-para-los-docentes/





(3)
Seis claves para entender en qué consiste la neuroeducación

Si se trabaja desde la primera infancia favorece la salud y el desempeño académico de los niños. Por qué unos niños aprenden más rápido que otros y por qué algunos simplemente no lo logran es una cuestión fundamental dentro de los sistemas educativos, la mayoría de los cuales estandarizan la tarea de los maestros.

En: eltiempo.com, Por: Laura Aguilera, 15 de enero de 2017, 6:17 p.m.

Con el fin de responder a preguntas como estas, nació la neuroeducación, una disciplina que echa mano del conocimiento aportado por los estudios sobre el funcionamiento del cerebro para ayudar a los niños a comprender mejor y más rápido, entendiendo que cada persona tiene un sistema nervioso central único, razón por la cual los métodos de enseñanza tradicionales no se ajustan a todos los individuos.

Para hablar sobre este tema en el Primer Foro sobre Neuroeducación vino al país la experta brasileña Anna Lucía Campos, directora del Centro Iberoamericano de Neurociencias, Educación y Desarrollo Humano (Cerebrum).

EL TIEMPO conversó con ella acerca del espectro que cubre esta disciplina y los mitos alrededor de ella.

¿Cuál es el aporte de la neuroeducación?

La neuroeducación ayuda a construir conocimiento con el educador mediante el estudio del cerebro. Propone que los maestros evalúen desde el proceso neuronal de cada niño si le están exigiendo algo que simplemente no puede dar. Lo anterior los lleva a tener en cuenta el proceso de maduración cerebral para diseñar estrategias de enseñanza.

¿Cómo ayuda esta disciplina a los niños que tienen problemas de concentración o de memoria?

La puerta de entrada para llegar a un niño con desarrollo atípico no es el pequeño, sino el maestro; él debe saber qué sucede en el proceso de neurodesarrollo y todo lo que se está estimulando a diario. Nos hemos encontrado con docentes que en sus aulas tienen niños con déficit de atención y quieren atenderlos, pero a la vez no entienden qué es lo que genera esa situación.

¿Qué mitos hay alrededor de la neuroeducación?

Por ejemplo, que la gimnasia cerebral es buena para el desarrollo y el aprendizaje, que escuchar música clásica va a hacer que los niños sean mejores en matemáticas, y que hacer ejercicios para el hemisferio derecho mejora la creatividad del estudiante.

El problema de implantar estas premisas, que no son ciertas, es que generan falsas expectativas en los padres y crean frustración en los niños.

¿Cómo influyen los sentimientos en el aprendizaje del niño?

Las emociones son esenciales para el aprendizaje, y más aún si son positivas. Lo que nos están mostrando las investigaciones es que los circuitos nerviosos vinculados con las emociones están soportados en los cognitivos. Luego de una emoción hay un comportamiento, y lo que podemos hacer para modularlo es implementar lo que sabemos sobre el cerebro.

¿A qué edad es más conveniente aplicar la neuroeducación?

Nuestras investigaciones han arrojado que se puede aplicar hasta el final de la adolescencia. Sin embargo, se ha comprobado que, si la neuroeducación trabaja desde la primera infancia, los niños tendrán buena salud y se desempeñarán mejor en lo académico y en el manejo de sus finanzas, por ejemplo. Sobre los adolescentes, el sistema educativo está frente a una gran oportunidad: entender que pueden cambiar sus comportamientos si los docentes saben quiénes son sus alumnos.

Por ejemplo, una de las cosas más impactantes que suceden en el cerebro de los adolescentes es el desarrollo de habilidades sociales, razón por la cual se sienten más motivados para aprender en pares y eso puede influir en la estrategia de enseñanza del profesor y romper el esquema del aula.

¿Cómo puede ayudar la neuroeducación en el aprendizaje de materias que no les gustan a los estudiantes?

Aprender tiene un significado muy complejo. Si bien hay estudios que están demostrando que es muy importante estar motivado para aprender, no es correcto decir que una persona que no está motivada no aprenderá. Los seres humanos han sobrevivido a malos padres, malos profesores, malas experiencias pedagógicas, y han logrado obtener conocimiento.

¿Qué tanto influye la alimentación en el aprendizaje de los niños?

En relación con la nutrición, por medio de la neuroeducación se puede influir de maneras maravillosas en las familias. En Córdoba tuvimos una experiencia espectacular: logramos mostrar la importancia que la buena alimentación tiene para el aprendizaje, pues los educadores, junto con los padres de familia, construyeron una red alimentaria ajustada a sus condiciones económicas.

Investigando, encontramos niños cuya comunidad educativa pensaba que eran hiperactivos, y no era así. Lo que pasaba era que recibían mucho azúcar en las mañanas, lo que generaba una bomba de glucosa circulando por su cuerpo y mucha energía por quemar.

Seis claves de la neuroeducación

No se aprende repitiendo ni memorizando las cosas, sino con la experiencia ligada a las emociones. Mientras más conectado esté lo que se estudia con las emociones, más sólido y duradero es el conocimiento que se adquiere.

Enseñar de manera amena, con anécdotas, con sorpresas y en medio de conversaciones gratas es una buena forma de promover aprendizajes sólidos. Bajo estas condiciones aumentan las conexiones entre las diferentes áreas del cerebro, lo que favorece la fijación de datos nuevos.

Promover la creatividad mediante actividades artísticas que disminuyan las tensiones y mejoren la concentración. Incluir música, pintura y creaciones literarias en los procesos de aprendizaje ha mostrado buenos resultados en los procesos de pensamiento.

El ejercicio regular es el mejor aliado de la plasticidad cerebral: aumenta las conexiones dentro del cerebro y, con ello, la capacidad para adquirir habilidades y mejorar las ya existentes; permite además memorizar y asociar ideas de una mejor manera. La actividad física también favorece la producción de sustancias que mejoran la concentración, disminuyen el estrés y regulan el descanso.

Descansar, dormir y reír favorecen la estimulación alternada de varias zonas del cerebro, lo que incrementa la capacidad de retener, de conceptualizar y de abstraer.

El juego es uno de los principales soportes de un buen aprendizaje. La mezcla de diversión, retos, movimiento, risa e interacción social estimula todas las áreas cerebrales implicadas en el aprendizaje. Además, favorece los procesos de desarrollo y madurez cerebral.

LAURA AGUILERA
Redactora de EL TIEMPO

Publicado en:

http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/neuroeducacion-seis-claves-para-entender-en-que-consiste/16792702




Fuente: www.eltiempo.com
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